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dijous, d’abril 05, 2007

Catalans dolents


No sé si és cert o no el que tant emprenya la Loyola, però aquí teniu l'article que ha penjat a la web de la revista Ribera Navarra
Aquí va, poseu-vos casc.

Lo español en Cataluña

Muchas veces me he preguntado, sin obtener respuesta, qué les hemos hecho los españoles a los nacionalistas para que nos odien tanto, para que detesten tan soberanamente todo aquello que huela a España.
Ahora, como sabrán, la consejería de Comercio del Gobierno tripartito catalán piensa sacar una nueva reglamentación en la que se va a prohibir expresamente vender en tiendas de Barcelona souvenirs que tengan relación con España. Es decir, las muñecas con vestidos flamencos, los toritos, las banderillas con los colores nacionales... Por contra, los políticos catalanes quieren potenciar los objetos de regalo de la artesanía tradicional catalana. Un engaño, una excusa barata ésto último, para envolver lo que de verdad desean: que los turistas extranjeros no puedan comprar en Barcelona aquello que tenga una lejana o cercana relación con la tradición floclórica española.
Ya puestos a recortar libertades y a legislar tonterías, yo le propongo al Gobierno catalán que prohiba cocinar en restaurantes la tortilla de patata y servirla. No se pueden consumir productos de origen típicamente español. Lo mismo del gazpacho o de la sangría. La consejería de Salud debería emitir un edicto en el que sancionase con multas severas a quienes osen cocinar esos platos y también a los consumidores que en Cataluña se coman un pincho de tortilla. Al menos, si tienen esa osadía, que la tortilla vaya acompañada por pan tumaca.
Y si todavía quieren ir más allá en la prohibición hacia todo lo que suene a España, que decidan que en las librerías catalanas no se pueda exponer ni vender el Quijote o la España invertebrada de Ortega y Gasset. Si se hace, si hay algún librero tan valiente, que al menos estén todos los libros españoles traducidos al catalán.
Si les parece poco todo lo anterior, que supriman los rótulos de calles como Aragón o la Plaza de España, o que derriben ya el monumento a Colón, quien tuvo la mala fortuna de nacer en Génova y no en Gerona, y mira que el nombre se lleva poco.
Si en Cataluña hay que huir de lo que suene a España como de la peste, que destruyan ipso facto las plazas de toros, y la delegación del Gobierno central, y las sedes de los partidos políticos no nacionalistas y hasta aquellos hoteles o institutos o academinas o empresas donde se negocie o se aloje a ciudadanos españoles.
Que se prohiba el castellano ya, hoy mejor que mañana; que se pongan muros en la muga con Aragón y con Valencia; que se prohiba arribar a los barcos procedentes de Baleares; que el Ave Madrid-Zaragoza pare en la aduana; que el equipo de futbol del Español cambie de nombre automáticamente o desaparezca... Que se habiliten barrios y colegios y lugares especiales para los españoles que no renuncien a su condición y se queden en Cataluña.
¿Esto es lo que quieren? ¿Esa es la Cataluña moderna, tolerante, abierta al mundo e internacional que tanto pregonan? Vaya, vaya, vaya... Por cierto, que el político listillo de turno prohiba a Puyol jugar en la Selección española. Y, si tiene un par, que le diga a Ronaldinho que se nacionalice catalán. Nada como proponérselo.
Ahora en serio: ¿cuándo va a presidir el sentido común en Cataluña?
Loyola.

Ai, Loyola, si només fos a Catalunya que hi faltés sentit comú...

5 comentaris:

Unknown ha dit...

Ho sento: no entenc l'idioma en que escriu aquesta senyora.

mrpage ha dit...

No en diu res del barrets mexicans?

Questionaire ha dit...

I dels nazionalistes espanyols, no en diu res?

set sota zero ha dit...

Indignant! Això mereix que els tancs tornin a entrar per la Diagonal a reestablir l'ordre! Ara on compraré les enganxines per al cotxe de "soy español, casi ná!"!?

A la pregunta que fa la senyora Loyola en el primer paràgraf del seu articles li diria que la resposta és als llibres d'història.

Finalment destacar la ràbia i el menyspreu amb la que els agrada referir-se al "pan tumaca".

Senyor Giménez ha dit...

I mira que és bo!